En nuestra familia hacemos por las mañanas, por las noches y antes de comer la oración (rezo) familiar. En nuestra iglesia es algo que nos recomiendan hacer. Aunque nosotros vamos más allá, y en realidad oramos cada vez que salimos de casa juntos, cada vez que uno de nosotros sale de casa y el otro se queda, y cada vez que sentimos que debemos agradecer al Señor o pedir ayuda especial con algún tema. Vamos, que oramos cada vez que necesitamos comunicarnos con Dios.
Pues hace unos días, cada vez que mi marido y yo cruzábamos los brazos para hacer la oración, L nos miraba y los cruzaba un segundín, y después se iba. Cuando hacemos la oración lo normal es tener los ojos cerrados, pero con una niña pequeña, hay que mantener uno abierto por si acaso :). La cuestión es que poco a poco L cruza cada vez más los brazos, y durante más tiempo. Tampoco dura todo el rato que estamos orando, pero es sorprendente cómo ella misma, sin nosotros decirle nada, ha aprendido que hay momentos en el día que papá y mamá cruzan los brazos, agachan la cabeza y cierran los ojos (bueno, un ojo, ji ji).
Nos sorprende bastante, pero enseguida pensé que los niños aprenden con el ejemplo y hacen lo que ven en casa. Si un niño vive en una casa donde se dicen malas palabras, donde los unos y los otros se traten mal, donde se vea mucho la tele y no se compartan momentos juntos, esa vivencia será la que repita con sus amigos, con sus compañeros de clase, y en el futuro también con su propia familia.
Es ahora, cuando nuestros hijos son pequeños, que hay que enseñarles buenas costumbres para su futuro. La mejor manera de enseñárselas, es practicarlas en casa. Es más fácil que un niño adquiera una costumbre buena cuando los padres y hermanos la practican en el hogar.
Estoy de acuerdo, hay que edificar buenas bases, y tener siempre en cuento que hay personitas vigilandonos...
ResponderEliminarNosotros tambien somos cristianos por cierto.
Bonita entrada :)