30 enero 2015

La libertad individual

Como mis lectores habrán notado, soy una persona cristiana. Creo en Dios y actúo de acuerdo con mis creencias. También escribo de acuerdo a ellas, como es evidente.

Pertenezco a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Conduzco mi vida basada en las enseñanzas de Jesucristo, y aprendo mucho los domingos cuando voy a la Iglesia con mi familia.


Con el paso del tiempo, y sobretodo con el auge de las redes sociales, me he dado cuenta de que existe mucho prejuicio unos contra otros. En específico, me he dado cuenta del prejuicio y crítica fuerte que hay en cuanto alguien piensa diferente. Como digo yo, los foros sacan lo peor de cada uno.


En España creo que hay bastante negatividad relacionada con la religión, y eso, desde mi punto de vista, hay que achacarlo a la Inquisición. La criba que hicieron en aquella época, diciendo que era en "nombre de Dios", no fue lícita. Así, no me extraña que la gente empezara a estar "en contra de Dios". 


Es por eso que he notado un rechazo a todo aquello que tenga valores religiosos, que suelen ser también los valores tradicionales. No sólo hay rechazo, sino incluso ataques y agresiones. Es como si el avanzar por un lado nos haya hecho retroceder en otro.


Que se pida más libertad para algunas personas no quiere decir que se la tengamos que quitar a otras. Hay que respetar las creencias de cada uno, aunque no se esté de acuerdo con ellas.


Los Artículos de Fe, escritos en 1842, en EEUU, aclaman parte de nuestra creencia sobre el tema. El Artículo de Fe número 11 dice: Reclamamos el derecho de adorar a Dios Todopoderoso conforme a los dictados de nuestra propia conciencia, y concedemos a todos los hombres el mismo privilegio: que adoren cómo, dónde o lo que deseen.


Y a mí me gustaría añadir: o que no quieran adorarlo.


El miércoles, en Salt Lake City, hubo una conferencia de prensa dada por algunos miembros importantes de mi Iglesia. En ella hablaron lo que ha estado en mi mente durante mucho tiempo: las personas que piden que se respeten los derechos de no creer, también deberían de respetar los derechos de creer. Se mencionaron cosas como que se le retiró el derecho a un olímpico de representar al resto de los atletas por que estaba a favor de la proposición 8 de Californa (proposición en contra del matrimonio gay). Creo que eso es un prejuicio en contra de alguien que actua "de acuerdo a los dictados de su propia conciencia". Un grupo de jóvenes cristianos no consiguieron que su universidad hiciera oficial su organización porque no querían aceptar algunas normas que estaban en contra de sus creencias. También han despedido a personas por estar en contra de algunos principios que no concuerdan con lo que creen.


Creo que la esencia no es en qué creemos, ni cómo lo creemos, sino cómo respetamos a aquellos que piensan diferente a nosotros. Si no hay respeto, empezaremos a repetir lo mismo que ha estado ocurriendo durante años: discriminación de unos hacia otros. Primero fue discriminación de A hacia B, y ahora parece que se tornan las cosas, y es discriminación de B hacia A.


Parece que la cuestión es perseguir a algún grupo. O por lo menos eso es lo que veo.


Pido respeto, tanto por un lado como por otro. Pido que el gobierno (cualquiera) haga que los individuos se respeten unos a otros. Pido que si un sacerdote no quiere casar a un matrimonio del mismo sexo, se respete la conciencia de ese sacerdote. Pido que si un médico no quiere efectuar operaciones que estén en contra de su conciencia, que también se respeten. 


Pido que si yo opino diferente, no me caiga un aluvión de críticas, sólo por eso, por opinar diferente.


Si no hay respeto hoy, no sé qué futuro nos esperará mañana.


PD: en el mismo tono, si hay comentarios, pido que sean respetuosos. Si no es así, me guardo el derecho a borrarlos.

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