Tienen buena pinta, ¿verdad?
Esta receta fue una necesidad de cocinar algo con muchas limitaciones culinarias. Me explico. En la Iglesia invitamos a los misioneros a comer. Entre todas las familias, generalmente los misioneros tienen toda la semana donde comer y así pueden centrarse más en ayudar a otras personas. Hace poco vino un misionero con algunas limitaciones en la alimentación, y me preocupé bastante, porque no quería que comiera algo y luego le sentara mal.
Así que después de mucho pensar, hice esta guarnición, que son patatas al horno. Las restricciones eran: no usar aceite (lo sustituí por mantequilla), hacerlas al horno (no podían estar fritas) y nada de condimentos (algo de sal sí).
Entonces me puse manos a la obra:
- Derretir la mantequilla y ponerla en el recipiente. Más o menos puse tres cucharadas de mantequilla.
- Pelar las patatas como su fuéramos a hacer tortilla de patatas, en gajos más o menos finos.
- Poner las patatas en el recipiente, añadir sal, y con una cuchara removerlas para que se empapen con la mantequilla.
- Poner en el horno con calor abajo y gratinado arriba, a 190 durante 30 - 45 minutos. No recuerdo exactamente el tiempo, así que tendréis que fijaros que cuando empiecen a gratinarse hay que sacarlas.
- durante el proceso, podemos añadir trozos de queso. Yo puse cheddar y havarti, por eso el color amarillo y blanco. Es mejor añadir el queso cinco minutos antes de sacar las patatas.
Y ¡este fue el resultado! Creo que quedó bastante bien. Nosotros no nos las comimos, porque se lo di todo a los misioneros, pero al día siguiente me dijeron que les gustaron bastante. Es una guarnición ideal para el pollo (que fue lo que también les di ese día).
menuda pinta IRene!
ResponderEliminarTienen una pinta buenísima!! Me apunto la receta :)
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