06 febrero 2017

Cuando mi hijo de 2 años y cuatro meses dejó el pañal

¡Qué experiencia!

La verdad es que yo nunca he estado muy preocupada de quitarle el pañal a mis hijos. Soy de los que piensan que cuando estén preparados, entonces ese será el mejor momento. No obstante, con L fue complicado que se quisiera sentar en el baño, pese a que avisaba y controlaba esfínteres. Creo que fue lo más difícil con ella.

Mis pañales, que ya están guardados.
Con el fin de que no me pasara lo mismo con E y no tuviera miedo en ponerse en el baño, en cuanto empezó a sentarse él solito, después de comer, le sentaba en el baño. Era pequeño, claro, y yo le tenía que sostener, pero así se fue acostumbrando poco a poco a que no pasaba nada por sentarse ahí.


Creo que esa fue clave para que dejara el pañal: no tener miedo de sentarse en el baño.

Un truco que me vino muy bien con E para que hiciera caquita en el baño fue que cuando estaba haciendo caca (las madres y padres sabemos cuándo nuestros hijos ponen esa cara de que está empujando) le llevaba corriendo al baño, le quitaba el pañal y hacía la caquita allí. Así fue como empezamos el proceso de enseñarle que no pasaba nada por hacer caquita ahí.

En verano fuimos de vacaciones a una casita rural que tenía una piscina. Los niños estaban todo el día en bañador, y pensé que sería una buena oportunidad para ver si E estaba preparado para hacer pipí en el baño. Cuando se hacía pipí encima le llevaba corriendo al baño, le sentaba, y le explicaba "aquí pipí". Poco a poco vi que lo fue comprendiendo. Al principio me avisaba cuando ya se lo había hecho, e igualmente le sentaba en el baño y le explicaba que era ahí donde se hacía. Después me di cuenta que no me avisaba que quería hacer pipí, sino que se aguantaba... puffff... el pobre, ¡se aguantaba el pipí! Le preguntaba "¿Quieres pipí?" Y él "no", hasta que al final me decía que sí, e íbamos corriendo los dos al baño.

Para la noche, durante esos días, le ponía el pañal, y me daba cuenta de que estaba seco por la mañana. Me parecía bastante extraño. Pero una noche le noté muy inquieto, hasta que me di cuenta que es que se estaba haciendo pipí pero no me lo estaba diciendo. Así que le llevé al baño y lo hizo.

A partir de esos días, E dejó de llevar pañal, incluso por la noche. Aunque de vez en cuando se le escapaba por la noche, yo me armaba de paciencia cambiando sábanas, empapadores, pijamas... Una amiga mía me dijo que es mejor que no lleven pañal por la noche, porque si no se acostumbran y es más difícil quitárselo. Como tenía sentido lo que me dijo, la hice caso.

Desde el verano, E no lleva pañal y la verdad es que me ha sorpendido lo sencillo que ha terminado resultando.

Resumiendo lo que a mí me ha funcionado:
  1. En cuanto aprendió a sentarse, después de comer de vez en cuando le sentaba en el baño (con su adaptador).
  2. Cuando se hacía caquita, le sentaba en el baño antes de que terminara de empujar (como uso pañales de tela, me venía muy bien).
  3. Al final, el verano realmente es la mejor época, si concide que el niño está preparado. Unos días en bañador, y paciencia con la fregona detrás, fue suficiente.
  4. Por la noche, aunque era incómodo, no le ponía pañal, para que aprendiera que ya no hay más pañales.
No sé si es verdad lo que dicen que los que usan pañales de tela se los quitan antes, pero la combinación de todos los elementos anteriores hizo que E dejara los pañales antes que L.

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